Hace unos días, un amigo mio me pidió consejo para ganar unos kilos, hace mucho ejercicio en bici y recorre a la semana muchos kilómetros, lo que dificulta que gane peso. Le di algunas pautas alimenticias y le dije que sería recomendable que tomara algún suplemento alimenticio, concretamente la combinación de batido de Proteínas con Hidratos de Carbono, pero se sorprendió que le dijese que tenia que tomar «algo extra», creo que le sonó a que le estaba diciendo se que dopara, de ahí el artículo de hoy, intentaré dar una visión amplia sobre la diferencia entre los suplementos alimenticios «naturales» y las sustancias anabolizantes artificiales o dopantes.
Frecuentemente se equipara la ingesta de suplementos con el dopaje, tal vez la definición de dopaje «consumo de hormonas o sustancias que actuan como hormonas con la finalidad de mejorar el rendimiento» es la que nos lleva a esa interpretación y aunque en algunos casos la frontera no está clara, normalmente los complementos alimenticios no tienen nada que ver con los anabolizantes dopantes artificiales.
Hay muchos suplementos, así como medicamentos con receta, que provienen de fuentes naturales y son útiles y no causan daño. Sin embargo, «natural» no siempre significa «inocuo» o «sin efectos dañinos». Es más, una droga es cualquier sustancia que se toma para cambiar el estado mental o función del organismo, es decir, que cualquier preparado de hierbas (café o té), medicamento, alcohol, o remedio de la abuela podríamos considerado como tal.
La definición de «suplementos dietéticos» (llamados también suplementos nutricionales, suplementos alimenticios o simplemente «suplementos») se estableció en 1994 en EE.UU. y dice que son aquellos que:
- Se consumen por vía oral.
- Contienen un «ingrediente alimenticio» destinado a complementar la alimentación. Algunos ejemplos de suplementos dietéticos son las vitaminas, los minerales, las hierbas (una sola hierba o una mezcla de varias), otros productos vegetales, aminoácidos y componentes de los alimentos como las enzimas y los extractos glandulares.
- Vienen en diferentes presentaciones, como pastillas, cápsulas, cápsulas suaves de gelatina, cápsulas de gelatina, líquidos y polvos.
- No se presentan como sustituto de un alimento convencional ni como componente único de una comida o de la dieta alimenticia.
- Se identifican como suplementos dietéticos en la etiqueta.
El etiquetado de los complementos alimenticios debe de contener la siguiente información:
- Denominación de venta.
- Denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caractericen el producto, o una indicación relativa a la naturaleza de dichos nutrientes o sustancias. Por ejemplo, vitamina C (nutriente), o propoleo (sustancia).
- Dosis del producto recomendado para consumo diario.
- La advertencia de no superar la dosis diaria recomendada.
- La afirmación expresa de que los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta equilibrada.
- Indicación de que el producto se debe mantener fuera del alcance de los niños.
- La cantidad, expresada en número, de nutrientes o de sustancias con un efecto nutricional o fisiológico contenida en el producto.
Aquellas personas que practican algún deporte ya sea a nivel profesional, como parte de una estrategia para control de peso, o bien por diversión se pueden beneficiar del uso de suplementos nutricionales si no llevan una dieta adecuada. Los batidos de proteínas, por ejemplo, ofrecen el beneficio de licuados de proteínas en alta concentración con bajos niveles de azúcar y se pueden preparar fácilmente y de forma rápida.
Es muy recomendable ser aconsejado por un especialista en nutrición o salud antes de tomar cualquier suplemento y siempre hay que dudar de productos que garantizan o prometen resultados exagerados o milagrosos puesto que el cuidado de nuestra salud y nuestro cuerpo requiere esfuerzo, dedicación y en muchas ocasiones disciplina y control.
Diez consejos para un uso racional de los complementos alimenticios:
- Rechaza afirmaciones falsas. Como por ejemplo: “la solución para su salud y bienestar”, “el remedio definitivo sin efectos secundarios”, “sirve para tratar o curar enfermedades de forma natural”…
- “Natural” no es “seguro”. La expresión “natural” no siempre significa seguro. Por ello, desconfía tanto si aparece escrito, como si se refuerza la idea con un gráfico o ilustración. No creas de antemano que un complemento alimenticio no te hará daño y sí te puede solucionar un problema de salud por ser “natural”.
- Consultar al médico. No consumas por tu cuenta complementos alimenticios. Tu médico debe evaluar si los necesitas y te indicará qué tomar y dónde comprarlo.
- Comprar en Internet. Si buscas complementos alimenticios en la web, hazlo en páginas de establecimientos seguros u organizaciones respetadas, en lugar de buscar a ciegas.
- No sustituir medicamentos. Nunca reemplaces tu medicamento habitual por uno o más complementos alimenticios. Sólo los medicamentos actúan en la prevención o tratamiento de enfermedades y su dosis son las que aseguran un efecto demostrado.
- Efectos secundarios. No pienses que un complemento alimenticio no tiene efectos secundarios por no tratarse de un medicamento. Al revés: muchos contienen ingredientes activos que producen fuertes efectos fisiológicos en el cuerpo.
- Riesgos para la salud. Pueden perjudicar o complicar nuestra salud el combinarlos, reemplazarlos por medicamentos recetados, usarlos junto con medicamentos, tomarlos antes, durante y después de una cirugía, excederse en la cantidad,…
- Situaciones de riesgo. Consultar con el médico si: se está tomando alimentos enriquecidos con nutrientes u otras sustancias, tomas cualquier medicamento, te vas a someter a una operación, estás embarazada o en periodo de lactancia, si se va a suministrar a un menos.
- Comunicar efectos adversos. Ante efectos adversos debes de informar al profesional de la salud que te lo recomendó, a la empresa fabricante; o mediante escrito al departamento de seguridad alimentaria de tu Comunidad Autónoma.
- Vigila tu bolsillo. Algunos de estos productos tiene un precio elevado. Ten en cuenta que no es obligatorio que los complementos demuestren sus beneficios antes de ponerlos a la venta y que sus efectos, de tenerlos, son sólo fisiológicos. Antes de comprarlos, procura contrastar su eficacia y asegurarte que lo necesitas.
En el otro extremo tenemos a los deportistas y usuarios de a pié que quieren incrementar su rendimiento con menor esfuerzo y más rápidamente, para ello «consumen, se meten, se pinchan o se ciclan» anabolizantes esteroideos artificiales. El uso de estas sustancias comenzó con los deportistas de élite rusos en 1954 (competición de halterofilia), y ya en 1964 su práctica se habia extendido por todo el mundo, tanto en hombres como en mujeres (donde recibían inyecciones de testosterona). Hoy por desgracia el uso se está extendiendo cada vez más en usuarios «normales» que por la falta de información y la facilidad en conseguir estos productos se ponen en manos de personas que no van más allá de su beneficio económico, sin importarles la salud del usuario y de comercialización ilegal.
Los esteroides anabolizantes aumentan el tamaño de las fibras musculares introduciéndose en las células del músculo y estimulando la producción de proteínas. No obstante, la fuerza aumenta menos que el tamaño muscular debido a la retención de líquidos que hinchan los músculos sin hacerlos más fuerte, aspecto que normalmente para los culturistas pasa a un segundo plano.
Los peligros y efectos secundarios de los esteroides anabolizantes:
Sistema hormonal
Hombres
- Infertilidad
- Desarrollo de senos (Ginecomastia)
- Encogimiento de los testículos
- Calvicie de patrón masculino
Mujeres
- Agrandamiento del clítoris
- Crecimiento excesivo de vellos corporales
- Calvicie de patrón masculino
Sistema musculoesquelético
- Poca estatura (cuando se usa en la adolescencia)
- Rotura de los tendones
Sistema cardiovascular
- Aumento del colesterol LDL y disminución del HDL
- Presión arterial alta
- Ataques al corazón
- Agrandamiento del ventrículo izquierdo del corazón
Hígado
- Cáncer
- Peliosis hepática
- Tumores
Piel
- Acné severo y quistes
- Cuero cabelludo grasiento
- Ictericia
- Retención de líquidos
Infección
- VIH/SIDA
- Hepatitis
Efectos psiquiátricos
- Furia, agresión
- Manías
- Delirios