Es que no tengo fuerza de voluntad…

La gente que dice que la fuerza de voluntad no funciona, está intentando usarla mucho más allá de sus capacidades. La fuerza de voluntad es simplemente tu habilidad para definir un rumbo e iniciar tu camino y como entrenador personal es muy normal que te digan “Mi problema es que no tengo fuerza de voluntad para entrenar y/o me falta motivación”. ¿Cuántas veces lo has dicho tú?

Algo más del 90% de las personas suelen proponerse alguna meta de año nuevo porque desean hacer algún cambio en su comportamiento, como dejar un hábito, perder peso, acudir al gimnasio de manera regular. Sin embargo, la falta de fuerza de voluntad suele ser la responsable de que una gran mayoría abandone sus objetivos poco después de empezar.

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La voluntad sólo juega un papel muy pequeño en el éxito de seguir entrenando, pero nos ayudará al principio a tomar la decisión de EMPEZAR. La voluntad es un recurso limitado, es decir, hay evidencias científicas de que usamos una cantidad límite y luego ya es muy difícil seguir usándolo (es como un músculo, no lo puedes mantener todo el tiempo contraído), es posible que, como le ocurre a mucha gente, empezaras con muchas ganas, dando lo máximo de ti mismo, pero luego vas perdiendo fuelle, pierdes  parte de la motivación y empiezas a tener problemas para volverte a motivar como al principio. Seguramente tú seas una de esas personas que han empezado una dieta de adelgazamiento, pierden peso y luego lo vuelven a ganar, o que te has apuntado al gimnasio, has ido un mes y no has vuelto a visitarlo!.

Lo cierto es que replantearnos las cosas, cambiar o empezar de nuevo, por pequeña que sea la faceta de nuestra vida que queramos modificar, es algo que impone. Pero no es imposible, a veces sólo basta con un pequeño paso hacia adelante y coger el toro por los cuernos, enfrentarnos a nuestros miedos, salir de nuestra zona de confort.  Con el enfoque adecuado, seguro que lo puedes conseguir.  Al decir: “No la suficiente fuerza de voluntad…” tal vez lo que realmente quieras decir es: “no sé qué hacer, realmente no sé qué debo hacer, necesito ayuda…”.

¿Cómo mantener la motivación y seguir avanzando hacia la consecución de un objetivo?

Todo es cuestión de planificar bien las cosas, tener expectativas realistas y ser perseverante. Pero antes debes de:

  • Olvidarte de los que piensan que el entrenamiento es sólo para unos elegidos.

  • Olvidarte de los entrenadores que comienzan sus páginas con la frase “Te haré sufrir….”

  • Olvidarte de ser perfecto, idealizar y comparar. Lo más importante eres tú, decides qué quieres hacer y cómo quieres hacerlo.

  • Olvidarte de los cursos para “entrenadores personales” de 50€ y de tres  días.

  • Olvidarte de espectáculos televisivos y métodos Osmín.

  • Y olvidarte de los que siguen pensando en “es que esa gente no tiene voluntad…”

Si ya te has olvidado de esto, entonces es hora de darte unos consejos para desarrollar y fortalecer tu fuerza de voluntad, que está íntimamente relacionada con los siguientes elementos:

1.- Nuestra motivación personal.

2.- Autoestima

3.- Tolerancia a la frustración.

4.- Creencias respecto al cambio, éxito y fracaso.

Primero, fíjate un objetivo. Empieza anotando lo que quieres conseguir: tu meta principal, lo que deseas que se haga realidad. Por ejemplo «Quiero adelgazar unos kilos antes de mi boda”.  Lo único que debes recordar es que, cuanto más ambiciosa sea la meta que te fijes, más tendrás que esforzarte para alcanzarla.

Fijate un objetivo

Sé específico. Es mucho más fácil planificar y alcanzar un objetivo concreto que uno vago. Supongamos que tu objetivo es perder peso. Eso es bastante vago. Concrétalo especificando cuánto peso quieres perder, por qué y cuándo deseas haberlo perdido. Eso te ayudará a planificar la forma de alcanzar el objetivo. Cuesta más y más tiempo perder 10 Kg. que perder solo 3, de modo que deberás ajustar el plazo de tiempo en consonancia.

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Sé realista. La gente a menudo abandona sus objetivos porque sus expectativas son poco razonables. Algunos esperan perder peso y quedarse como sílfides en unas semanas en vez de en varios meses. Parte de la capacidad de mantener la motivación depende de ser realista sobre lo que uno puede conseguir dentro del período de tiempo que se ha fijado. Perder 3 Kg. para antes de mi boda es algo factible si falta un mes para la celebración. Pero, si la celebración es el próximo sábado y estamos a martes, es imposible que pierdas tanto peso en tan poco tiempo de forma saludable y efectiva.

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Escríbelo. Pon tu objetivo específico por escrito. Luego vuélvelo a escribir. Una y otra vez. Las investigaciones muestran que escribir un objetivo forma parte del proceso mental de comprometerse a cumplirlo. Escribe tu objetivo cada día para no perderlo de vista y para recordarte a ti mismo lo mucho que deseas alcanzarlo.

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Fragméntalo en objetivos parciales. Todo cambio requiere autodisciplina. Necesitas dedicar una atención constante para no apartarte de tu propósito. Una forma de allanar el camino es dividir el objetivo en pequeños pasos. Retomemos el ejemplo de perder 3 Kg. para la boda. Supongamos que dispones de un mes, de modo que tu objetivo es alcanzable. ¿Pero qué haces para alcanzarlo?. Primero, divide tu objetivo en objetivos parciales (como perder 1 Kg. a la semana durante las dos primeras semanas y luego medio kilo durante las dos semanas siguientes). Luego establece tareas específicas a realizar diariamente, como comer cinco raciones de fruta y verdura y hacer media hora de ejercicio cada día. Anótalo en un calendario o agenda para que puedas llevar un registro de tus logros parciales. El hecho de ir alcanzando frecuentemente pequeños objetivos es algo digno de celebrar. Te transmitirá confianza, seguridad en ti mismo, ánimos y motivación para seguir haciendo dieta, corriendo o haciendo lo que te hayas propuesto hacer.

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Comprueba tus progresos. Ahora que has dividido tu objetivo en una serie de objetivos parciales, comprueba tus progresos cada día. Cuando cumplas un objetivo parcial, márcalo en tu lista. Dite a ti mismo: «Bueno, ya he perdido 1,5 Kg. ¡Ya estoy a mitad de camino para lograr mi objetivo!» Recompénsate con algo que te prometiste cuando te fijaste el objetivo.cam_objetivos

Si tienes un resbalón o te falla la voluntad, vuélvete a comprometer con tu objetivo. Si tienes un resbalón, no tires la toalla. Perdónate a ti mismo y organiza un plan para volver a retomar el camino que te llevará a tu objetivo

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Mantén una actitud positiva. Imagínate o sueña cumpliendo tu objetivo: luciendo el vestido de novia que te compraste para ese día por ejemplo. El pensamiento positivo y el lenguaje interno también son buenos aliados de la motivación y nos ayudan a no perder de vista nuestra meta.

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Búscate un compañero. Otro gran estímulo es encontrar gente que te apoye y anime. Búscate un compañero para entrenar con él, un amigo que también quiera perder peso o alguna persona que se haya propuesto un objetivo similar al tuyo para que os podáis apoyar mutuamente. Poder contar con alguien que comparte tu objetivo puede marcar la diferencia cuando te falle la voluntad.

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¡No tires la toalla!. Poner fin a un comportamiento insano o aprender a hacer algo nuevo y emocionante, a fin de cuentas, no es más que asumir la responsabilidad de nuestras vidas. Encontrar la motivación para hacerlo no es necesariamente fácil pero siempre es posible. Puedes mantener la motivación anotando tus objetivos, perseverando en el plan que te traces y recordándote a ti mismo qué te llevó en un principio a fijarte ese objetivo. Los cambios son emocionantes.

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«La voluntad obstinada de perseguir una ambición propia, es verdaderamente una fuerza que puede hacer superar obstáculos».
Enzo Ferrari